LA PLAZOLETA DE SAN ISIDRO Quizás haya sido una de las zonas de Facinas mas utilizadas durante gran parte del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Pero antiguamente esta Plaza era el lugar concurrido, elegido por vecinos de Facinas y alrededores donde al aire libre o en dos o tres puestos construidos de chapas y maderas, vendían carne obtenida de las matanzas de sus animales y frutas y hortalizas cultivadas en sus huertas. De Bolonia y Zahara de los Atunes venían algunos pescadores a vender sus capturas que exhibían sobre un poyete solado de lozas de piedra, situado donde hoy están las escalinatas. Según la fecha del año que fuera, también encontraríamos a alfareros con cazuelas y tinajas o artesanos de la madera que ofrecían herramientas y utensilios utilizados en el trabajo del campo. En la primera mitad del siglo XX la Plaza estaba rodeada por distintos comercios, como: el Bar de Estudillo, situado donde hoy se encuentra el Cotton Club, el cual, tenía frente a su entrada, al otro lado de la plaza un gran pino piñonero, justo al lado, en la parte de abajo, se construyo en los años cuarenta el nuevo local del Casino, en la parte alta de la Plaza nos encontrábamos con el Bar del Rebalón y situado en la parte baja, estaba la posada de Ignacio El Campanero, la cual tenia bastante clientela ya que además de tener un buen bar donde servían comidas, también disponía de cuadras para el resguardo de las bestias mientras durara la pernocta o la estancia de varios días de la clientela, la mayoría marchantes o recoberos. A finales de los años cincuenta y ya entrada la década de los sesenta comienza la debacle de transito de personas por esta Plaza. Fueron cerrándose algunos de los establecimientos, ya fuera por fallecimiento de sus dueños como fue el caso de la posada o por el cambio de negocios como fue el caso del Bar Rebalón que cerraron el bar para dedicarse de lleno al transporte de leña y carbón. El último negocio que quedo fue el casino, aunque sin ejercer como tal. En la actualidad, en el mismo local donde se encontraba el casino, esta situado el Mesón El Candil, siendo este el único establecimiento público existente en la Plaza. Debido al trasladado de todos los puestos al nuevo Mercado de Abastos, la Plaza queda vacía y descuidada. Transcurría el año 1968 cuando en Facinas, se crea un Plantel Juvenil, compuesto por jóvenes de ambos sexos y con edades comprendidas entre los catorce y dieciocho años. Siendo estos jóvenes: Francisco Gálvez, Germán Paz, Ignacio Quero, Francisco Valencia, Cristóbal Cózar Domínguez, Ana Mª Silva, Mari Campos, Isabel Álvarez, Nina Casas y Mª Luz Peinado. A los cuales, desde la Oficina de Extensión Agraria de Tarifa, se les ofreció el arreglar y embellecer el pueblo, en concreto el arreglo de esta Plaza. Una vez presentado el plano y los objetivos a realizar al Alcalde de Facinas por parte de los jóvenes del plantel, este lo traslada al Ayuntamiento de Tarifa, desde el cual se dio el visto bueno y se le concedió ayuda económica para materiales. Algunos vecinos del pueblo también colaboraron aportando materiales y sus propios vehículos para el trasporte de estos.
A la vez, este proyecto sería presentado al concurso promovido por la Delegación Nacional de Tareas Agrarias, Ganaderas, Forestales y Desarrollo Comunitario. El proyecto es presentado en el apartado de Desarrollo Comunitario, con el nombre: Arreglo y Embellecimiento de la Plaza de Facinas. Primero se presentó a la Fase Provincial celebrada en Bornos, quedando este proyecto primero en su modalidad de todos los presentados en la provincia de Cádiz. Seguidamente sería presentado a la Fase Nacional, volviendo a quedar primero en su modalidad y entre doscientos proyectos de toda España. El primer puesto de este concurso, contaba con un fabuloso premio, que bien, disfrutarían los diez componentes de este Plantel, compuesto por un viaje a Mallorca de quince días para todo el grupo y otro viaje para recorrer toda España, al cual solo podría ir tres miembros del grupo, que serían: Ignacio Quero, Isabel Álvarez y Cristóbal Cózar Domínguez. Estos tres jóvenes facinenses culminarían su viaje en el Palacio del Pardo, donde recibirían de manos del mismísimo Franco el trofeo de campeón.
Después de casi cuarenta años, se vuelve a reformar la Plazoleta de San Isidro, no por un plantel juvenil, pero si por jóvenes facinenses pertenecientes a la también joven empresa de construcción FRANJO.
Cristóbal Iglesias Campos |